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Charlotte Chopin, una yogui francesa de 102 años, ha capturado la atención mundial por su notable vitalidad y buen estado de salud. La centenaria, quien se siente afortunada y agradece al cielo todas las mañanas, compartió los sencillos pilares de su larga vida: "Muévete y come".
Esta maestra continúa practicando y dando clases de yoga, una actividad que comenzó hace 40 años tras el retiro de su esposo. De manera espontánea, se presentó en el ayuntamiento para ofrecer sus servicios. Su destreza física sigue siendo impresionante, pues entre sus posturas favoritas se encuentra pararse sobre la cabeza. Un valor adicional para ella es que sus alumnos se han convertido en amigos, lo que la reconforta enormemente.
En cuanto a su alimentación, su momento predilecto es el desayuno: disfruta de una gran rebanada de pan tostado, café y mucha miel. Su dieta se compone principalmente de verduras, queso y frutas. También le agrada dar un paseo diario para comer higos y uvas negras de su jardín, lo que considera "un pequeño pecado".
La clave, según la nonagenaria, no tiene un secreto más allá de la suerte y la práctica constante. Ella afirma estar contenta de poder hacer yoga y tener aún sus cursos.
