La llamada Ley Wenger podría transformar una de las normas más polémicas del fútbol moderno: el fuera de juego. La propuesta impulsada por Arsène Wenger —actual director de desarrollo global de la FIFA— busca poner fin a las decisiones decididas por “milímetros” que han generado tantas controversias con el uso del VAR.
Hoy, un jugador se considera en fuera de juego si cualquier parte de su cuerpo que pueda marcar gol (excepto brazos y manos) está más adelantada que el penúltimo defensor o que el balón. La nueva norma plantea lo contrario: solo habría fuera de juego si todo el cuerpo con el que se puede marcar está por delante del defensor. En otras palabras, se necesitaría un adelantamiento claro y visible, no una punta de pie o un hombro.
La intención es devolver “el beneficio de la duda” al atacante y favorecer un juego más fluido y ofensivo. Wenger argumenta que el VAR, con su precisión milimétrica, ha restado emoción y ha provocado frustración tanto en jugadores como en aficionados.
La Ley Wenger ya se prueba en categorías juveniles y competiciones menores, aunque la IFAB (International Football Association Board) aclaró que no habrá cambios inmediatos hasta completar las evaluaciones. Si las pruebas resultan exitosas, su aplicación podría llegar en grandes torneos a partir de la temporada 2026-27 o incluso en la Copa Mundial de 2026.
De aprobarse, el fútbol viviría una pequeña gran revolución: más goles, menos polémicas y un retorno al espíritu ofensivo que enamora a los aficionados.