Con el Mundial de Futbol a la vuelta de la esquina, la industria restaurantera del país se prepara para recibir una de las mayores oleadas turísticas de la década. En 2026, México será sede de partidos en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, y el sector busca aprovechar el evento no solo para elevar sus ventas, sino también para fortalecer su profesionalización.
Se estima que la derrama económica que dejará el evento deportivo podría superar los 3 mil millones de dólares, mientras que las contrataciones temporales crecerían hasta 20%, principalmente en áreas operativas y de atención al cliente, de acuerdo con la Consultoría Gastronómica y Hotelera Integral.
El reto principal será el dominio del inglés, Fernando Martínez Gutiérrez, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Hotelera y Gastronómica, reconoció que la capacitación lingüística será determinante para ofrecer un mejor servicio.
En respuesta, cámaras empresariales y sindicatos han lanzado programas de entrenamiento, cursos en línea gratuitos dirigidos a meseros, bartenders y cocineros.
Más allá de la efervescencia deportiva, el sector busca que el impulso mundialista deje un legado duradero en la calidad del servicio, la profesionalización del personal y la apertura de nuevos negocios gastronómicos.