Tras el encuentro entre Monterrey y Pumas correspondiente a la Jornada 13 del Apertura 2025, se generó un polémico episodio que involucra a aficionados de Rayados en una de las estaciones del sistema Metro de Monterrey. Una mujer que viajaba en un vagón destinado exclusivamente para mujeres —el conocido “Vagón Rosa”— protestó por la presencia de varios aficionados masculinos usando ese espacio, lo que desencadenó un altercado que se viralizó en redes sociales.
El incidente comenzó cuando el citado vagón, destinado a uso exclusivo de mujeres en días de alta afluencia, fue habilitado de forma mixta para facilitar el flujo de personas tras el partido. La mujer al ver hombres en ese espacio se quejó, alertó a los demás usuarios e incluso amagó con accionar la palanca de emergencia. A partir de ese momento, la tensión escaló: algunos usuarios respondieron con gritos de “¡Que la bajen!”, mientras varias mujeres la empujaban. Finalmente un empujón fuerte provocó que la pasajera cayera fuera del vagón. Según el video, los aficionados de Rayados celebraron el momento, lo que generó indignación en redes sociales y una oleada de críticas hacia el comportamiento de los hinchas.
La conversación en medios y redes sociales ha quedado dividida: por un lado, quienes defienden que la mujer protestó legítimamente por un derecho —el uso del vagón exclusivo para mujeres— y señalan que el agravio y la caída reflejan un problema de seguridad urbana y violencia de género en espacios públicos. Por el otro, algunos usuarios justifican el desalojo del vagón considerando que el servicio se congestionó tras el partido y que la medida de habilitar el vagón como mixto fue una decisión operativa para agilizar el tránsito del público. Hasta el momento, el operador del sistema de transporte —Metrorrey— no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre lo ocurrido, lo que añade más incertidumbre al caso.
El hecho de que hinchas de Rayados hayan sido señalados por celebrar una caída y participar en el incidente deja una mancha sobre la imagen del club y abre el debate sobre la cultura de violencia en el futbol mexicano. Al mismo tiempo revela un problema social mayor: la vulnerabilidad de las mujeres en espacios públicos, la necesidad de mantener la segregación de espacios destinados a ellas y garantizar su seguridad, incluso en días de alta movilización. La falta de intervención o pronunciamiento inmediato por parte de las autoridades del transporte y del club recalca la urgencia de protocolos claros, supervisión y sanciones cuando se producen incidentes de esta naturaleza.
El incidente comenzó cuando el citado vagón, destinado a uso exclusivo de mujeres en días de alta afluencia, fue habilitado de forma mixta para facilitar el flujo de personas tras el partido. La mujer al ver hombres en ese espacio se quejó, alertó a los demás usuarios e incluso amagó con accionar la palanca de emergencia. A partir de ese momento, la tensión escaló: algunos usuarios respondieron con gritos de “¡Que la bajen!”, mientras varias mujeres la empujaban. Finalmente un empujón fuerte provocó que la pasajera cayera fuera del vagón. Según el video, los aficionados de Rayados celebraron el momento, lo que generó indignación en redes sociales y una oleada de críticas hacia el comportamiento de los hinchas.
La conversación en medios y redes sociales ha quedado dividida: por un lado, quienes defienden que la mujer protestó legítimamente por un derecho —el uso del vagón exclusivo para mujeres— y señalan que el agravio y la caída reflejan un problema de seguridad urbana y violencia de género en espacios públicos. Por el otro, algunos usuarios justifican el desalojo del vagón considerando que el servicio se congestionó tras el partido y que la medida de habilitar el vagón como mixto fue una decisión operativa para agilizar el tránsito del público. Hasta el momento, el operador del sistema de transporte —Metrorrey— no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre lo ocurrido, lo que añade más incertidumbre al caso.
El hecho de que hinchas de Rayados hayan sido señalados por celebrar una caída y participar en el incidente deja una mancha sobre la imagen del club y abre el debate sobre la cultura de violencia en el futbol mexicano. Al mismo tiempo revela un problema social mayor: la vulnerabilidad de las mujeres en espacios públicos, la necesidad de mantener la segregación de espacios destinados a ellas y garantizar su seguridad, incluso en días de alta movilización. La falta de intervención o pronunciamiento inmediato por parte de las autoridades del transporte y del club recalca la urgencia de protocolos claros, supervisión y sanciones cuando se producen incidentes de esta naturaleza.